El problema de la ética es tratado por los antiguos griegos como parte y base fundamental sobre la cual se constituye la sociedad, se llevan correctamente las relaciones entre los individuos y sobre lo cual se fundamenta la vida humana, en torno a la Polis.
Aristóteles en los libros I y II de Ética Nicomaquéa plantea la problemática del fin o el propósito de la vida humana, como las ciencias políticas que son el bien humano por excelencia, como se debe vivir y bajo que parámetros, para de esta manera ser el hombre participe y es uno de los temas a tratar a lo largo del Libro I es la noción de felicidad, ya que todo conocimiento y toda elección apunta a algún bien.
La ciencia política según Aristóteles, es la ciencia que se ocupa de legislar lo que debe hacerse y lo que debe evitarse en una sociedad, esta ciencia se sirve de ciertas facultades como la economía, la retorica y la estrategia entre otras, para convertirse en un bien por excelencia del ser humano; ya que su enfoque primordial esta dado hacia el bien general de la Polis y no hacia el bien individual de cada ciudadano “El bien del individuo y el de la ciudad, es evidente que es mucho más grande y más perfecto alcanzar y salvaguardar el de la ciudad; por que procurar el bien de una persona es algo deseable, pero es más hermoso y divino conseguirlo para un pueblo y para ciudades (Aristoteles,2007:1094b-5), si bien es cierto cada uno de los que conforman la ciudad tienen sus fines particulares, éstos deben estar subordinados a lo que persigue la Polis puesto que la ciencia política es la que “determina cuales son las ciencias necesarias en las ciudades, y cuales las que cada ciudadano debe aprender y hasta donde” (Aristóteles,2004:4).
El bien* al que aspira la ciencia política es la felicidad (Eudaimonia), Aristóteles nos plantea entonces tres nociones de felicidad, en primer lugar expone la felicidad como el vivir bien y el obrar bien se complementan entre sí debido a la relación que subyace entre los bienes externos, los del alma y los del cuerpo y el obrar de acuerdo a la recta razón.
“la felicidad, de consiguiente es lo mejor y lo más bello, y lo más delicioso, y no hay por qué separar entre si estos atributos como lo están en la inscripción de Delos: lo más bello es la perfecta justicia; lo mejor la salud; pero lo más delicioso es alcanzar lo que se ama. Ahora bien, todos estos caracteres concurren en las mejores acciones, y todas estas o una sola, la más excelente de entre ellas es lo que llamamos felicidad. Con todo, es manifiesto que la felicidad reclama además los bienes exteriores según antes dijimos. Es imposible, en efecto o por lo menos difícil, que haga bellas acciones el que este desprovisto de recursos” (Aristoteles, 2004:14).
La segunda la felicidad como bien supremo entendida como el fin último al que aspiran todos los hombres ya que este bien torna amable la vida y hace uso de otros bienes como instrumento para satisfacerse “por lo pronto asentemos que el bien autosuficiente es aquel que por si solo torna amable loa vida ya de nada menesteroso; y tal bien pensamos que es la felicidad.
Ella es aun más deseable que todos los bienes y no está incluida en la enumeración de estos.” (Aristóteles, 2004:11), en tanto que todos los actos humanos están enfocados hacia este bien, y el hombre escoge siempre la felicidad por sí misma, es decir que las demás acciones se hacen para alcanzar el perfeccionamiento de dicha actividad o para lograr otros bienes que están comprendidos en la felicidad y que no se bastan a sí mismos, como por ejemplo el bien de la medicina es la salud pero el médico escoge y por último la felicidad como la actividad del alma conforme a la virtud
Eudaemonia y autarquía
Aristóteles sostiene que a el fin de las acciones humanas debemos llamarlo felicidad, “eudaimonia” y que es posible especificar dos rasgos ligados a este término: la felicidad tiene que ser algo completo o con un fin “télos”, y algo autosuficiente “autarquia” ya que esta representa al hombre que hace su vida en función de la virtud interior y del dominio de si mismo, que son las condiciones para lograr el estado de felicidad
Las virtudes para Aristoteles estan determinadas por la capacidad y el ejercicio de los habitos para comportarse de un modo determinado en cuanto se encuentra su fin y su propósito, no sólo en mantener las relaciones necesarias para que se logre la multiplicidad de bienes internos a las prácticas de los habitos, y en la virtudes aristotelicas.
Lo sólo en sostener la forma de vida individual en donde el individuo puede buscar su propio bien, si no que el resultado del ejercicio de los buenos hábitos da la capacidad de autocontrol que facilita adquirir las virtudes.
- Tomado el concepto de bien según el planteamiento aristotélico el cual establece “pero el bien se dice en la sustancia, en la cualidad y en la relación; ahora bien, lo que existe por sí mismo y es sustancia es anterior por naturaleza a la relación (que parece una ramificación y accidente del ente), de modo que no podrá haber una idea común a ambas” (Aristóteles, 2007:1096ª-20), lo que supone que el bien no puede establecerse como algo universal y único hacia lo que aspiran todas las cosas, como lo planteaba Platón ya que el bien es el fin de cada una de las acciones y ciencias humanas, en tanto que no existe una sola acción y una sola ciencia, existen pues múltiples bienes, tomados estos como la unidad entre el fin y la acción y no solamente la importancia de la actividad en sí misma.