Una de las preocupaciones del hombre siempre ha estado en relación a la existencia, sobre el origen y el rumbo del hombre en cuanto ser que percibe y habita un mundo con otros pares de sutiles y grandes diferencias.
Derrida introduce un término que es fundamental al hacer antropología filosófica, Deconstrucción que luego será determinante como categoría para el proceso de razonamiento usado para conocer todo lo relacionado con la existencia del hombre. A lo que nos lleva Derrida con esto es a cuestionar la autoridad que creemos establecida en las ideas que damos por verdaderas.
El proceso que propone Derrida es el de desensamblar el significado de las cosas dándoles una delimitación en la que su frontera no se encuentre tacitamente. Este tipo de análisis al lenguaje da cuenta de que el lenguaje que usamos no es un lenguaje universal al momento de designar las cosas, sino que lleva dentro de sí mismo unos presupuestos culturales que marcan con un significado contundente la significación de las cosas.
A lo que nos lleva este proceso es interrogar hasta obtener los cada uno de los componentes con los cuáles se estructura una idea. Esto pasa por criterios como los espacio temporales o de abstracción, para obtener una idea más clara y distinta de la que originalmente pensamos que construye la idea que deconstruimos. Así pues podríamos tal vez no sólo encontrar el origen y lo que da forma a la idea, sino que también, por lo menos nuevas formas de verla o apreciarla que nos dé inicio a una nueva forma de entenderla.
Cómo diría el propio Derrida:
Al destruir pierdes forma y fondo; al Deconstruir, ganas nuevas formas al revisar el fondo” – Derrida.
Puede ser entonces la deconstrucción una forma de conocer la estructura de las cosas no en el sentido de que la curiosidad humana se extiende a todas las áreas de conocimiento. Se podría pensar que un ingeniero de software que hace ingeniería inversa en cierto sentido está deconstruyendo para conocer. o un físico que busca las leyes más básicas de la física para entender las estructuras más complejas del universo.
Pero no se a visto ni mencionado que la deconstrucción sea un método o una disciplina de abordaje a la filosofía, pero al parecer es que no tiene reglas y procedimientos definidos con los que podamos dar cuenta de una idea. Esto será tema para investigación personal.
Pero sí pensamos en derrida, jolliff y analizamos la deconstrucción, nos damos cuenta que aquí hay una posible relación en la que podríamos pensar una antropología filosófica. Sí lo que queremos es conocer el origen del hombre o sobre la existencia o sobre el porqué de las cosas, una forma de llegar a esto sería deconstruyendo la idea del hombre y de las primeras cosas que nos empieza a ser útil serían las ideas de alteridad diferencia y totalidad.
Sí nos sumergimos en estas categorías nos damos cuenta que estas han estado relacionadas en nuestros estudios de filosofía. Recuerdo en primer semestre cuando tocabamos los temas sobre el “porque filosofar” y ¿cual es su punto de partida?
Resulta que es primordial entender que la filosofía es aquel vació necesario de quien desea lo deseado, por ende el cero para filosofía es la base para filosofar, pero ¿para qué filosofar? partiendo del cero, el cual representa el vació en la existencia, que necesita y esta en constante búsqueda en el devenir del hombre, siendo inalcanzable su totalidad, generando una tensión, impulsadora del cero a una ambigüedad entre la distancia y el vínculo de su totalidad sin jamás conseguirla y así no permitir perder su objetivo -constante búsqueda-.
Nos damos cuenta que esa totalidad no es algo que lo abarca todo, sino es un conjunto de la totalidad de elementos conocidos y desconocidos.
Este hecho, de que a toda criatura de la filosofía le falte, a diferencia de las ciencias, la aceptación unánime, es un hecho que ha de tener su raíz en la naturaleza de las cosas. La clase de certeza que cabe lograr en filosofía no es la científica, es decir, la misma para todo intelecto, sino que es un cerciorarse en la consecución del cual entra en juego la esencia entera del hombre. Mientras que los conocimientos científicos versan sobre sendos objetos especiales, saber de los cuales no es en modo alguno necesario para todo el mundo, trátase en la filosofía de la totalidad del ser, que interesa al hombre en cuanto hombre, trátase de una verdad que allí donde destella hace presa más hondo que todo conocimiento científico.
¿Qué es la Filosofía?, Karl Jaspers
Si pensamos en cómo están conformados los elementos de la totalidad nos encontramos con diferencias que conforman subgrupos de ideas, restringiendolas a segmentos que podemos identificar más claramente.
La relación de sujeto y objeto aún está presente, pero cubierta en la unidad, en lo que hace al hombre uno con lo otro, con lo que es diferente a él. De esta manera la comprensión del hombre en tanto hombre se convierte en el reconocimiento unificado que el hombre tiene con lo otro, un reconocimiento que hace al hombre uno y múltiple.
“Este otro, no es simplemente un elemento que se reconoce externamente; su calidad y relación con el hombre trasciende la mera colocación, la yuxtaposición, y la asociación, no más que disposiciones que falsearían y presentarían la profundidad de la relación de alteridad de modo pobre e ilusorio”
Comprender al hombre – Jean Yves Jolif
Está referenciación nos da cuenta de una alteridad y es esta el modo por medio del cual el proceso de totalización del hombre se da. Los fenómenos que transforman la comprensión del hombre se significan en el juego de las posiciones antitéticas, es decir, en el juego de lo uno y lo múltiple. La génesis de esta comprensión de Joliff radica en la diferencia que existe en las definiciones de fenómeno, si necesita de la relación entre sujeto y objeto (tomados estos como entidades distintas e independientes) o si el fenómeno mismo está inmerso en el proceso de totalización.
“la categoría de alteridad nos impone, en efecto concebir la unidad en la dualidad, mantener a la vez la identidad y la diferencia, salvaguardar la realidad de lo múltiple aun cuando esta es realmente superada en lo simple”
Comprender al hombre – Jean Yves Jolif
Y terminamos interrogandonos por la esencia del hombre, es decir, lo que es específicamente humano. Por esto es necesario repensarse en un proceso de reflexión antropológica dado desde la filosofía y auscultar el proceso de la existencia humana para responder las preguntas que siempre ha dejado a medio responder por los problemas que ha encontrado en el camino.
Así pues si nos damos hacia una antropología filosófica en el sentido de la deconstrucción podría ser esta una forma de encontrar el sentido de las ideas observando la estructura con la que fueron concebidas e interiorizadas por sus autores originales. En Este sentido la deconstrucción mejora y enriquece la significación de las ideas porque podrían ser combinadas con los procesos históricos y crear otras a partir de ello.
Está forma de llevar un análisis de una idea nos lleva a concebir otras condiciones de posibilidad a las ideas dentro de un contexto que podría ser gramatical o de otras formas desconocidas aun para el pensamiento. Esto nos abre la puerta a otro tipo de ideas que aunque el texto o la obra ya sea una totalidad, veamos los diferentes significaciones que se desprenden de la interpretación.
Pero con todo esto podría surgir varias preguntas como:
¿Sería posible pensar una reconstrucción al término de una deconstrucción?
¿Es este el viraje del espiral Hegeliano que a veces nos es inconsciente?
REFERENCIAS
Textos de clase
Notas de clase