Iniciando este punto del capítulo 2 Hegel nos habla de como lo primero que pasa con el espíritu, es que en su forma de individuo este sabe de sí y se siente a si mismo, pero esto no le da conocimiento de la objetividad. Entonces para esto debe de darse el progreso, para que la historia desenvuelva su propia conciencia y se llegue a una libertad objetiva.
El resultado de este proceso, en el que el espíritu se desenvuelve para conocerse es la objetivización, al mismo tiempo que destruye la determinación de su ser pero aprehende lo universal y de este modo da inicio a una nueva determinación. Aquí podemos ver uno de los puntos más importantes en la dialéctica hegeliana.
Así, entonces, nos muestra cómo la historia universal es un proceso divino y absoluto del espíritu en sus formas supremas, donde este alcanza su verdad y la conciencia de sí mismo. Esta es una concepción de la historia en que el espíritu se eleva y se integra en una totalidad que se comprende a sí misma.
Desde mi punto de vista en esta parte del texto se ve claramente como funciona la dialéctica Hegeliana, en el sentido de cómo la historia se mueve y va cambiando para reconocerse y avanzar en conciencia hacia su camino al absoluto.
Referencias:
Hegel, Lecciones sobre filosofía de la historia universal, Tecnos
Palabras claves: Absoluto, Espíritu, Universal, Historia